lunes, 23 diciembre, 2024
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Cobre, litio y también oro: serán otra Vaca Muerta para Argentina?

Las exportaciones de la minería se encaminan a superar este año los 4.000 millones de dólares, un 15% por arriba de las del período 2010/2023. En forma directa e indirecta, el sector ya genera más de 140.000 puestos de trabajo. Hoy los principales yacimientos son los de oro y plata pero hacia adelante se perfila la explotación de litio y cobre como los grandes protagonistas del sector.

Según la Cámara Argentina de Empresas Mineras (CAEM), la producción se concentra hoy en 5 yacimientos y para el mediano plazo hay inversiones en marcha que multiplicarán la actividad dentro del país: son 16 los proyectos que se estima entrarán en actividad en los próximos 3 años. Uno de los desafíos centrales, por lo tanto, será atravesar la “crisis del crecimiento” y evitar cuellos de botella tanto financieros como operativos.

Sobre estos temas trató la charla “La hora de la minería”, parte del ciclo “El mundo que viene” organizado por Clarín. Participaron del encuentro Roberto Cacciola, presidente de la Cámara Argentina de Empresas Mineras (CAEM), Verónica Nohara, gerenta General de Minera Don Nicolás, Mario Belardinelli, socio Líder de Minería en KPMG Argentina y Matias Baglietto, director de Pirca Safety y Minetech y también vicepresidente de la Cámara Argentina de Proveedores Mineros.

Daniel Fernández Canedo, Verónica Nohara (gerenta General de Minera Don Nicolás), Roberto Cacciola (presidente de la Cámara Argentina de Empresas Mineras), Matías Baglietto (director de Pirca Safety y Minetech y vicepresidente de la Cámara Argentina de Proveedores Mineros), Mario Belardinelli (socio Líder de Minería en KPMG Argentina) y Santiago Spaltro. Foto: Luciano Thieberger.

El ciclo cuenta con el apoyo principal de Telecom, DESA, OSDE, Camuzzi y el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, además del sponsoreo de Afarte y Pan American Energy, y el apoyo de Arcadium Lithium y CAEM. El encuentro fue moderado por los periodistas de Clarín Daniel Fernández Canedo y Santiago Spaltro.

Los últimos datos brindados por la Dirección Nacional de Promoción y Economía Minera, indican que en octubre las exportaciones de minerales sumaron US$ 442 millones, acumulando un total de US$ 3.611 millones durante los primeros 10 meses del 2024.

Las exportaciones de productos mineros significaron el 7% de las exportaciones totales argentinas en el mes de octubre de 2024 y el 5,6% en el acumulado de los primeros 10 meses de 2024. Son cifras que, según se estima, serán superadas ampliamente en los próximos años, principalmente a la espera del desarrollo de los proyectos de cobre.

Estos números evidencian un incremento interanual en valores de 61% para el mes de octubre, y una suba interanual del 12,6% para el acumulado del año.

En este panorama, se espera un incremento en el empleo dentro del sector, que derrame a la población. Según CAEM, las 60 compañías socias ya emplean de manera directa a más de 40.000 trabajadores y a más de 100.000 de forma indirecta a través de más de 120 firmas de proveedores.

Un estudio propio revela requerimientos de los proyectos mineros, entre los que aparece un promedio de 800 proveedores en su fase de exploración (hasta 10 años) y construcción (entre 3 y 5) y 550 proveedores en la fase productiva, de 30 años promedio. Además, más del 90% de las empresas contratistas son locales y concentran el 83% de las compras del sector.

El RIGI: una carta para competir

Varios de los nuevos proyectos en carpeta han solicitado se incluidos dentro del Régimen de Incentivo a Grandes Inversiones (RIGI), el cual está demostrando que tiene amplia aceptación dentro del sector. “El RIGI trae tres pilares fundamentales: competitividad impositiva, libre disponibilidad de divisas y seguridad jurídica. Con este nuevo marco, Argentina podría competir con países vecinos como Chile y Perú, que vienen liderando el desarrollo minero en la región”, explicó Cacciola.

Belardinelli destacó que el RIGI “normaliza condiciones que deberían ser estándares, como la estabilidad fiscal y la previsibilidad cambiaria”. Sin embargo, insistió en que el verdadero desafío será garantizar que las políticas implementadas se mantengan en el largo plazo. “La confianza de los inversores depende de que estas reglas sean sostenibles”, subrayó.

Cacciola, de CAEM, destacó que si bien hoy la Argentina ya está exportando 4.000 millones de dólares al año en minería, al lado está el ejemplo de Chile, con exportaciones por US$ 52.000 millones al año, principalmente de cobre, un mineral que se encuentra a ambos lados de la Cordillera.

La mina de cobre «El Teniente» en Rancagua, Chile, la más grande del mundo de su tipo. Foto Reuters

“Evidentemente los yacimientos están. Es verdad que todavía falta mucho trabajo de exploración, no digo que el potencial sea necesariamente de 52.000 millones de dólares por año, pero con los proyectos que se conocen y que están listos para avanzar podríamos estar hablando de 14.000 o 16.000 millones de dólares por año. Independientemente de los trabajos adicionales que se han venido haciendo para extender la cantidad de recursos, entonces lo que hace falta es tener credibilidad, tener estabilidad macroeconómica, respetar las leyes y de alguna manera la inversión es una consecuencia de de todos esos factores”.

Agregó: «Dentro de este contexto, venimos con un crecimiento permanente en litio. Hoy el ritmo de crecimiento es un poco más lento, pero nosotros vamos a pasar de unas 32.000 toneladas de carbonato de litio que producíamos en 2022, con una expectativa eh al 2026 por encima de las 235.000 toneladas, ocho veces más. Y estamos con posibilidades de crecer en el sector del cobre, con muchos proyectos listos desde el punto de vista técnico y ahora para ir adelante con el RIGI. Hay una gran expectativa, un gran interés».

Belardinelli, por su parte, señaló que además de los proyectos de cobre y litio, la foto del presente marca la presencia de importantes explotaciones en oro y plata.

“Todo el proceso de transición energética es un tema instalado es un tema hacia el que camina el mundo, donde el cobre y el litio son protagonistas fundamentales. El litio con los proyectos que ya están en producción, más otros que están en exploración. Y en el caso del cobre se está esperando como para de una vez por todas comenzar con la producción. Ahora, por el otro lado, el oro y la plata siguen siendo los principales generadores de divisas dentro de lo que es el negocio minero de la Argentina. Los cuatro sectores, haciendo una comparación futbolera, sirven para ganar el partido”, apuntó.

La paradoja del crecimiento

Otro eje fueron los desafíos que enfrentan tanto las mineras como su cadena de valor ante una cantidad de proyectos que hay por delante y la capacidad instalada del sector para poder encararlos, así como la infraestructura necesaria para su desarrollo.

Baglietto, de la Cámara Argentina de Proveedores Mineros, aportó cifras que reflejan la falta de inversión en el sector: “Hace 25 años que no se construye una mina de cobre en el país, y 40 años que no hay una nueva mina de hierro”. Este estancamiento, dijo, obliga a depender de proyectos antiguos y dificulta la generación de empleo. “El desarrollo minero debe ser acompañado por inversiones en infraestructura, especialmente en zonas alejadas de los centros urbanos”, agregó.

Nohara, quien desde minera Don Nicolás hacen explotación de oro en Santa Cruz, subrayó por su parte de que “sin una red logística moderna, no podemos transportar nuestros recursos de manera eficiente. El potencial está ahí, pero falta el puente entre los yacimientos y los mercados internacionales”.

La empresaria alertó además sobre los costos de producción. “Muchos de los yacimientos que seguimos operativos es gracias a los valores internacionales del del oro y la plata, que han aumentado de manera significativa estos últimos meses. Lo que sí nos preocupa son los costos en dólares, ya que nosotros exportamos el 100% de lo que producimos y lo cierto es que estamos con un dólar planchado y una inflación que hasta hace muy poco se fue por las nubes. Yo ingresé a la minería en el año 2017 y el sueldo de un operario categoría uno estaba en 337 dólares por mes y hoy está por encima de los 1.000 dólares. Los valores del oro y la plata están en un buen nivel y creo que se van a seguir sosteniendo por lo menos por los próximos dos años. Pero lo cierto es que tenemos que hacer algo con con el tema de los costos”.

El proyecto de litio Fénix en Catamarca, de la empresa estadounidense Livent, dentro del Salar del Hombre Muerto.EFE/ Secretaría de Minería de la Nación

Baglietto también se refirió al impacto del cepo en el caso de las empresas proveedoras de la cadena de valor de la minería. “Genera complicaciones para importar insumos esenciales, encarecieron los costos de producción”. En ese contexto, remarcó la importancia de que las políticas que benefician al sector se extiendan también a sus cadenas de valor. “No hay proveedor minero sin inversión minera; es un círculo virtuoso que necesita condiciones económicas claras para funcionar”, afirmó.

Y a la vez se se mostró optimista con respecto a las oportunidades que abre el RIGI. “Nos da un marco para proyectar inversiones a largo plazo, algo que el sector necesitaba con urgencia”. En similar sentido se manifestó Nohara.

Cepo, la piedra en el zapato

Aunque el RIGI ofrece incentivos significativos para los nuevos proyectos, establece su vigencia para inversiones a partir de los 200 millones de dólares. En ese sentido Nohara, cuya empresa acaba de anunciar una inversión por US$ 40 millones señaló que el cepo cambiario sigue siendo un freno para las empresas que ya operan en el país. “El cepo nos afecta directamente, sobre todo a las empresas más chicas que necesitan liquidez para reinvertir y mantenerse competitivas. Levantar el cepo sería una medida clave para atraer nuevas inversiones. El mundo nos está mirando”, subrayó.

Baglietto también se refirió al impacto del cepo en el caso de las empresas proveedoras de la cadena de valor de la minería. “Genera complicaciones para importar insumos esenciales, encarecieron los costos de producción”. Belardinelli aportó su visión: “El levantamiento del cepo facilitaría la operación de las empresas existentes y enviaría una señal de confianza al mercado internacional. Argentina debe demostrar que es un destino seguro para el capital extranjero”.

Cacciola, por su parte, subrayó que los proyectos mineros de Argentina compiten contra otros proyectos similares en otras partes del mundo “donde el cepo no existe”.

En ese sentido, señaló, “si una compañía exporta, tiene que tener libre disponibilidad de esas divisas y si genera dividendos, tiene que tener la posibilidad de repatriarlos a su casa matriz. Son cosas razonables y esperables, en un mundo de negocios aceptable”.

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