El Hospital Universitario San Ignacio de Bogotá anunció el cierre de su servicio de atención a partos a partir del 17 de diciembre de 2024.
Esta decisión, comunicada a varias entidades promotoras de salud (EPS) y a la Secretaría de Salud de Bogotá, se debe a una revisión y ajuste de los procesos institucionales del hospital, según explicó su director general, Reinaldo Grueso Angulo.
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El cierre afecta un servicio de alta complejidad que ha sido fundamental para la atención de partos en la capital colombiana.
La Asociación Colombiana de Obstetricia y Ginecología (Asbog) expresó su preocupación por el impacto que esta medida tendrá en el sistema de salud, especialmente en la atención materno-perinatal. Marcela Celis, vicepresidenta de Asbog, advirtió que el cierre podría desencadenar un efecto dominó que afectaría a toda la red hospitalaria de Bogotá, poniendo en riesgo el bienestar de las madres y sus hijos.
“El cierre de este servicio representa por lo menos a nuestra mirada el inicio de un efecto dominó que va a impactar toda la red hospitalaria de Bogotá y que afecta claramente el desenlace de la atención del binomio madre e hijo”, dijo Marcela Celis
Las directivas del hospital aseguraron que continuarán ofreciendo servicios de cuidado básico, intermedio e intensivo neonatal, garantizando la atención de recién nacidos de alta complejidad. Esta medida busca concentrar los recursos en los servicios de urgencias y hospitalización, que actualmente enfrentan una alta demanda y sobreocupación.
“Esta decisión está soportada en la revisión y ajuste de nuestros procesos institucionales, con el fin de garantizar la mejor atención a nuestros pacientes, en especial en los servicios de urgencias y hospitalización, los cuales presentan una alta demanda y una sobreocupación importante”, dijo Reinaldo Grueso Ángulo, director del hospital San Ignacio.
Y agregó que: “En cuanto a los servicios de cuidado básico, intermedio e intensivo neonatal no presentarán ninguna novedad desde el punto de vista de habilitación, continuando así con la atención de recién nacidos de alta complejidad”.
El cierre del servicio de partos del Hospital San Ignacio se suma al de la Clínica Magdalena, que también cesará sus operaciones en esta área el 20 de diciembre. Esta tendencia preocupa a los expertos, que señalan que la situación refleja una crisis más amplia en el sistema de salud colombiano, exacerbada por problemas financieros y de sostenibilidad.
El exsecretario de Salud de Bogotá, Alejandro Gómez, manifestó su inquietud sobre el futuro del sistema de salud en el país, destacando que el cierre de servicios críticos como el de atención a partos en hospitales universitarios importantes es un indicativo de la fragilidad del sistema.
“Cierre definitivo de la atención de partos en uno de los hospitales universitarios más importantes del país. ¿No somos consientes de cómo se nos está desmoronando el sistema de salud todo? Clínicas y hospitales no aguantan más palabrería política y ‘debates parlamentarios’”, afirmó el exsecretario de Salud Distrital.
La crisis financiera del sistema de salud en Colombia ha sido documentada por la Asociación Colombiana de Hospitales y Clínicas (Achc), que reportó que las deudas con 225 instituciones prestadoras de servicios de salud alcanzaron los 18,9 billones de pesos a junio de 2024, un incremento significativo respecto al año anterior.
El cierre de servicios de maternidad no es un fenómeno aislado en Bogotá. En Antioquia, por ejemplo, varias clínicas han cerrado sus unidades de atención a partos debido a dificultades económicas, lo que ha reducido la capacidad de atención en la región.
El Hospital San Ignacio ha indicado que, a pesar del cierre de su servicio de partos, buscará fortalecer sus servicios de hospitalización, urgencias y cirugías para niños y adultos, con el objetivo de mejorar la atención en áreas de alta demanda.