Al presidente Javier Milei le estalló la operación disimulo en torno al corrupto senador peronista Edgardo Kueider -el hombre que fue detenido en Paraguay por intentar pasar de contrabando 200 mil dólares cash sin declarar. Este viernes, Milei dejó trascender en los medios de comunicación su enojo con la vicepresidenta Victoria Villarruel, principal rival interna. Como Milei viajó a Italia el mismo día en que el Senado votó la expulsión de Kueider, el Gobierno dejó correr la versión de que la sesión no sería válida, porque correspondía que Villarruel estuviera cumpliendo su rol sustituto en el Poder Ejecutivo y no como presidenta de la Cámara alta.
¿Es nula esta sesión? ¿O es nula la Ley de Bases? Kueider fue uno de los legisladores peronistas que se puso la peluca para aprobar esta ley corrupta. Con su expulsión, el Gobierno pierde un legislador «ensobrado», un miembro de la casta política que se dejó sobornar durante todo el año, para atender los deseos de Milei dentro del Congreso de la Nación. Claro que no fue el único, también está el ejemplo de Lucía Crexell, a quien le ofrecieron un cargo diplomático en París a cambio de su voto. Se trata de una ley de entrega, con ataques a los derechos laborales y a la soberanía nacional, que se aprobó con una violenta represión en las calles y con la compra indisimulable de la voluntad de varios legisladores y legisladoras.
La Izquierda fue la primera fuerza política que presentó un proyecto para anular la Ley de Bases: ya hay suficientes pruebas de que fueron votos corruptos.
La expulsión de Kueider confirma que se pagaron coimas para aprobar la Ley Bases. Por lo tanto, la ley ES NULA. Ningún juez puede aplicarla y el Congreso debe declarar su nulidad inmediatamente. Ninguna complicidad con la corrupción.
— Myriam Bregman (@myriambregman) December 12, 2024
Por su parte, el kirchnerismo su principal objetivo en torno a éste escándalo ya lo lograron: la expulsión de Kueider para dejar el lugar vacante a Stefanía Cora de La Cámpora. Así que lo más probable es que la iniciativa de darle nulidad a la ley, por parte de algún sector del peronismo, quede en mero discurso.
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Fue la resolución de la jueza Sandra Arroyo Salgado la que le dio el empujoncito al PRO para que sus senadores definan su voto contra Kueider. Y seguro también la investigación periodística que develó otra suma no declarada, por parte de su jefe de bloque de Diputados Cristian Ritondo. Otro que votó a favor de la Ley de Bases. Al rededor de 2.600.000 dólares en empresas offshore y propiedades en Miami, ponen al PRO en un lugar complicado. Probablemente hayan definido votar la expulsión para no quedar pegados en la defensa de la corrupción dentro del Senado.
Ahora, de cara a las elecciones de medio término, y ante la osadía por parte de La Libertad Avanza de querer disputar lista contra lista en la Ciudad de Buenos Aires, el PRO busca diferenciarse y recuperar algo de personalidad propia, para resistir en su bastión amarillo. Esto se expresó en el acto electoral que encabezó Macri, este jueves, desde donde dejó trascender que «se acaba el respaldo a los vetos». Habrá que ver para creer.
Es mentira que este es un Gobierno anti-casta, así que es muy probable que haya corrido el terror dentro de la casta mileísta. Sobre todo porque el carpetazo para Ritondo demuestra que no hay nadie blindado. En el mismo lodo, canta el tango.
En el distópico imaginario de Javier Milei todo se puede comprar y todo se puede vender. Órganos, bebés, votos. Y hay que decir que los distintos partidos y coaliciones del régimen político argentino lo ayudaron en la construcción de un gran shopping dentro del Congreso, para alcanzar sus objetivos autoritarios. Las conducciones sindicales hicieron lo suyo, pactando la reforma laboral un sector, y otro dispersando las energías de lucha para llevar la resistencia a un callejón sin salida.
Pero no hay por qué naturalizar esto. La Ley de Bases es una estafa al pueblo trabajador, a los jóvenes y a los jubilados, que además pusieron el cuerpo frente a las inmediaciones del Congreso para rechazarlo, junto al sindicalismo combativo y la Izquierda. Si se acaba de expulsar a un senador por un hecho de corrupción que empapa también a la ley que contribuyó a aprobar, también esta ley tiene que ser declarada nula.