El presidente del Senado de Florida, Ben Albritton, propuso la eliminación gradual de la Ley de Matrícula Reducida, que permite a los estudiantes migrantes dreamers pagar tarifas de inscripción en los colegios y universidades del estado como si fueran residentes locales. Es decir, a un precio menor que el de aquellos alumnos que provienen de otros distritos.
En 2012, la administración de Barack Obama anunció que ciertas personas que llegaron a Estados Unidos cuando eran niños y que cumplían con una serie de criterios podían pedir la Consideración de Acción Diferida (DACA, por sus siglas en inglés). A estos niños, ahora jóvenes, se les conoce como “dreamers”.
La propuesta actual surge después de que el senador republicano por el condado de Brevard, Randy Fine, presentara un proyecto de ley para derogar esta normativa. En una conferencia de prensa, de acuerdo con la información de CBS News, Albritton explicó que, si bien no ofreció un cronograma específico, considera apropiado establecer un sunset para la ley. Esto es una fecha límite para su finalización.
“Si sabes que en algún momento no tendrás acceso a eso, independientemente de cuántos meses o años pasen, no vas a planificarlo”, comentó el presidente del Senado. Asimismo, señaló que la medida debe considerar a aquellos estudiantes que ya dependen de las tarifas de matrícula reducida para completar sus estudios.
La ley en cuestión, aprobada en 2014, permitió a los dreamers pagar las mismas tarifas de matrícula que los residentes del estado, en lugar de las más altas que se aplican a los estudiantes de fuera de Florida. Sin embargo, para acceder a este beneficio, la normativa marca que es necesario cumplir con una serie de requisitos:
El senador Fine argumentó que los estudiantes indocumentados tienen una ventaja económica injusta frente a los residentes de otros estados. “Un estudiante de Georgia paga tres veces más que un inmigrante ilegal, lo cual no debería ser así”, afirmó el legislador, que está en campaña para un puesto en el Congreso.
Albritton, quien en 2014 votó en contra de la Ley de Matrícula Reducida, enfatizó que la eliminación gradual ayudaría a evitar que los alumnos se vean perjudicados en sus planes educativos. “Creo que la ciudadanía importa. Debe importar. Es en lo que se fundó este país”, justificó.
“Si tú y tu familia han construido la idea de ir a la universidad en torno a esto, y han hecho su presupuesto con base en ello, un sunset tendría sentido para mí”, dijo Albritton. De esta manera, en caso de aprobarse, la nueva legislación podría afectar a los estudiantes que aún no se inscribieron en una institución educativa o que están en las etapas iniciales de su carrera universitaria.
Un informe del año pasado, realizado por el American Immigration Council, estimó que aproximadamente 40.000 estudiantes dreamers asisten a universidades y colegios en Florida desde 2021. De esta manera, según Fine, la eliminación de la ley ahorraría alrededor de 45 millones de dólares al estado.
“No deberíamos pedirles a los floridanos, que están luchando para llegar a fin de mes, para pagar sus seguros y sus cuentas de supermercado, que desembolsen US$45 millones para inmigrantes ilegales. Simplemente, está mal”, agregó el senador.
Por otro lado, según los números presentados por NBC Miami, en la Universidad Estatal de Florida, la diferencia en la matrícula varía entre US$6517 para los residentes y US$21.683 para los demás estudiantes. Mientras que, en la Universidad de Florida, la cuota de inscripción para quienes viven ahí es de US$6381, en comparación con los US$28.658 que deben abonar aquellos que vienen de otros estados.