El análisis del teléfono celular secuestrado de la casa del enfermero Walter Hugo Mansilla (45) será la clave para que los investigadores determinen si robó ampollas de fentanilo en otros hospitales donde derivaba a los pacientes que eran trasladados en su ambulancia.
Mansilla fue detenido luego de que se lo acusara de llevarse tres ampollas de la droga del hospital interzonal Paroissien, en San Justo, La Matanza. El hombre, que trabaja como enfermero y ambulanciero, fue captado por las cámaras de seguridad luego de la denuncia de la jefa del Guardia del lugar.
El robo ocurrió el pasado martes 7 pasadas las 15.35, cuando se ve al enfermero ingresar al hall del hospital y dirigirse al sitio restringido donde se encontraban guardadas las ampollas. Estaba vestido con el ambo tradicional color verde que utiliza el personal de salud.
Al retirarse, con las manos en los bolsillos, las cámaras de seguridad lo siguieron hasta la zona del estacionamiento, donde subió a un vehículo Ford Fiesta, con el que se retiró del lugar. Fue la jefa de Guardia del Paroissien quien notó el faltante de tres ampollas de 10 mililitros de fentanilo.
Se trata de un potente analgésico, sumamente adictivo y prohibido para la venta al público. En hospitales, la potente droga se utiliza como sedante para procedimientos quirúrgicos y es, además, muy costosa.
Mansilla fue detenido a los dos días del robo, cuando regresó al hospital. Personal de la Comisaría 2da de Isidro Casanova, que depende de la Departamental de La Matanza, se encontraba apostados a la espera de que su regreso. La orden de detención fue solicitada por la fiscal Evangelina Sánchez, a cargo de la Fiscalía 11 de ese distrito.
Allanamiento y secuestro
Tras la detención, la fiscal Sánchez solicitó el allanamiento de urgencia a su domicilio, sobre la calle Estrada al 2600 de Rafael Castillo, pensando que iba a hallar el medicamento. Finalmente, las tres ampollas no fueron halladas.
Se incautaron blisters con otros medicamentos. La fiscal ordenó secuestrar el teléfono celular del sospechoso.
El aparato Motorola modelo e62 color blanco será la clave para la justicia para determinar si Mansilla es parte de una organización que comercializa o utiliza la droga del fentanilo.
“Queremos saber si se llevaba la droga de otros hospitales y cuál era el destino”, explicó a Clarín una fuente judicial. Para ello, desde la fiscalía continuarán produciendo pruebas.
El hombre además de enfermero es ambulanciero externo, por lo que por su trabajo visita varios hospitales, indicó el investigador.
Si bien fue demorado, quedó en libertad, imputado por el delito de “hurto agravado”.
Qué es el fentanilo, una droga sintética adictiva que produce «zombies» en Estados Unidos
El fentanilo es un fuerte opioide sintético. Muy similar a la morfina, pero entre 50 y 100 veces más potente. Es tan poderoso que depende del uso, puede causar la muerte. Los especialistas explican que «es riesgoso» porque es una sustancia derivada del opio y, además, con un potencial muy grande. Puede generar depresión respiratoria y depresión del sistema nervioso central.
Está claro que el fentanilo no se compra en los kioscos o farmacias. En Argentina, esta sustancia es más cara y difícil de conseguir que drogas como la cocaína. Y su consumo ilegal es poco habitual en el país. Fundamentalmente porque no se consigue fácilmente.
Sí es de uso medicinal en hospitales o clínicas ya que es un excelente anestésico.
Si bien, en el país todavía el consumo del fentanilo no es un problema, desde hace poco más de cuatro años en Estados Unidos escaló a ser una de las drogas adictivas que más se consume. A tal punto, que se volvió un escenario dantesco en grandes ciudades donde los consumidores de la droga que reemplazó al crack se ven caídos en las calles. Les dicen «zombies». Allá el manejo es diferente: se vende bajo receta médica.
Hace un tiempo que en Estados Unidos se declaró en «emergencia sanitaria» porque 70 mil personas murieron producto de intoxicación con fentanilo. Según lo informado por el Instituto Nacional de Abuso de Drogas (NIDA, por sus siglas en inglés), es un fármaco recetado que se volvió una epidemia de adicción por su consumo en forma ilegal.
Al igual que la morfina, en Estados Unidos por lo general se receta a pacientes con dolores intensos, especialmente después de una cirugía. A veces también se usa para tratar a quienes sufren de dolor crónico y presentan tolerancia física a otros opioides, indica el NIDA.
PS