El rápido regreso del ministro de Economía, Luis Caputo, del viaje a los Estados Unidos no solo obedeció a la necesidad de presenciar las reuniones con los enviados del FMI.
El funcionario desistió de acompañar al presidente Javier Milei al Foro de Davos porque el Gobierno tomó la decisión de acelerar medidas y atender los reclamos de un sector aliado del empresariado: el agro, clave para la estrategia de mantener el equilibrio fiscal y nutrir las reservas.
El Gobierno bajó las retenciones al campo: más dólares y menor recaudación
Así, Caputo fue a la Casa Rosada a anunciar la rebaja del 20% en las retenciones a todos los productos exportables del agro, incluida la soja, en forma «temporal». Y que en el caso de las economías regionales bajaban a cero en forma indefinida. Se calcula que la medida provocará una caída de u$s800 millones en la recaudación. Pero, por otra parte, acelerará la liquidación de divisas, sobre todo las que ingresen por la venta de soja al exterior.
La novedad fue bien recibida por el sector, y la agroindustria salió a respaldarla, a través del titular de las cámaras aceiteras y cerealeras, Gustavo Idígoras. Son sectores claves para permitir que el Gobierno repita el equilibrio fiscal este año, porque aportan recaudación y dólares para las reservas.
Los miembros de la Mesa de Enlace tienen agendada para los próximos días una reunión con el ministro.
Mientras tanto, en el sector empresarial ya especulan con más medidas que podría tomar el Gobierno para impulsar la economía en un año en el que se espera que el Producto Bruto mejore un 6 por ciento.
Presión fiscal: el mercado espera más medidas de alivio de Luis Caputo
Entre esas medidas, se aguardan otras mejoras para los sectores pequeños y medianos de la economía. Allí, podría haber novedades por el lado de una baja en la alícuota del impuesto a los débitos y créditos en cuenta corriente, uno de los gravámenes más cuestionados por el sector productivo, que rige desde hace 25 años.
También podría haber medidas vinculadas con el aliento a las exportaciones de distintos sectores claves de la economía nacional. Y otras que favorezcan las inversiones en áreas estratégicas claves.
Hay expectativa en el sector privado por la promesa de seguir bajando impuestos que hizo Caputo. El titular del Palacio de Hacienda reafirmó su compromiso con la reducción de gravámenes a nivel nacional y exigió que las provincias y los municipios sigan el mismo camino.
El ministro recordó que su gestión ya ha implementado importantes reducciones, incluyendo la eliminación del impuesto inflacionario, el impuesto PAIS y aranceles para bienes de capital. Según su análisis, estas medidas han tenido un impacto positivo, especialmente en la disminución de la pobreza y la inflación.
Caputo también cuestionó a gobernadores e intendentes por no acompañar el esfuerzo nacional en la reducción de impuestos: «A las provincias y municipios les digo que están cordialmente invitados a esta tarea. Todavía no hemos visto una provincia reducir Ingresos Brutos, que sin dudas es el peor impuesto que una economía puede tener. Por el contrario, muchas lo han subido a niveles aberrantes».
El ministro también apuntó contra los municipios, acusándolos de imponer tasas excesivas que no se corresponden con los servicios prestados. «Hay municipios que están directamente estafando a sus vecinos con tasas municipales que no tienen correlación con las prestaciones que brindan. Esto contradice la ley», manifestó Caputo.
El campo respaldó la baja de impuestos de Javier Milei
La baja o quita de retenciones a las exportaciones agropecuarias era un reclamo unificado de todo el sector y el anuncio del Gobierno generó repercusiones positivas. Desde la Sociedad Rural Argentina apoyaron «que se ponga al campo como prioridad y se lo reconozca como uno de los sectores que motoriza la economía del país».
«Hace muchos años venimos solicitando la eliminación total de las retenciones y hemos acercado varios documentos y propuestas a las actuales autoridades nacionales y provinciales. Esta noticia sin dudas representará un alivio para los productores, pero seguiremos trabajando y buscando la eliminación total y definitiva de ese impuesto distorsivo», indicaron desde la entidad presidida por Nicolás Pino.
Mientras tanto, Carlos Castagnani, presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), afirmó: «Valoramos estas medidas que buscan aliviar la carga de los productores y potenciar la competitividad del campo argentino. Reducir retenciones a la soja y eliminarlas para las economías regionales es un paso importante hacia un sistema más justo y eficiente. Estas decisiones demuestran que es posible avanzar en políticas que incentiven la producción y el desarrollo en nuestras regiones, motor esencial de la economía nacional».
En tanto, Andrea Sarnari, presidenta de Federación Agraria Argentina, dijo: «Lo más positivo de todo es que el Gobierno nacional ha escuchado a un sector que está crujiendo, para usar palabras de lo que nos pasa con el clima. Estamos complicados y no es un buen momento».
Y Lucas Magnano, presidente de Coninagro, dijo que el anuncio «descomprime» una situación que venía extremadamente crítica para el productor. «Es una gran señal, una gran palmada en el hombro hacia la producción agropecuaria y hacia los productores. Esto es el inicio de un camino en el que no solo tendremos que continuar discutiendo la quita definitiva de las retenciones, sino también el resto de la presión tributaria de la Argentina», aclaró.
Desde la Bolsa de Comercio de Rosario, su presidente, Miguel Simioni, destacó que «reducir la carga impositiva sobre el sector productivo no solo alienta la actividad económica, sino que también genera un gran impacto federal, dado que muchas de las producciones beneficiadas son clave para el desarrollo de economías regionales y la generación de empleo en todo el país».
Desde la esfera agroindustrial también llegó el apoyo. Gustavo Idígoras, presidente de la Cámara de la Industria Aceitera (CIARA), dijo que la baja de retenciones es un hecho «sumamente positivo e importante», aunque advirtió: «Tenemos que ver la letra chica y cómo se va a aplicar y qué tipo de compromisos o condiciones tiene dicho decreto. Vamos a esperar a ver los contenidos al mismo para ver cómo va a reaccionar el mercado, pero naturalmente siempre damos la bienvenida a cualquier baja de retenciones».
Por su parte José Martins, presidente del Consejo Agroindustrial Argentino (CAA), dijo que «el alivio de la presión fiscal es una medida excelente, necesaria para que la agroindustria libere toda su capacidad productiva generando ingresos de divisas, empleo y desarrollo para todos los argentinos», y añadió: «Esperemos que la situación de equilibrio fiscal permita que lo que hoy es temporario sea permanente».
Para 2025 se proyectaban ingresos por retenciones por u$s8.300 millones, lo que representaba un aumento del 22% medido en pesos contra lo ingresado por este tributo en 2024. Ahora habrá que recalcular y ver cómo se mantiene el equilibrio fiscal, uno de los caballitos de batalla que siempre esgrime Milei.
Las retenciones sobre los principales granos exportados representan el 80% de lo recaudado y aportaron u$s5.350 millones en 2024. Los aportes se concentran principalmente en la soja. La oleaginosa implicó aportes por u$s4.319 millones, el complejo del maíz aportó u$s 567 millones, el trigo u$s243 millones, la cebada u$s135 millones, el girasol u$s60 millones y el sorgo u$s25 millones.
La baja de retenciones, que se aplicará solo hasta mitad de año, implicará un recorte de ingresos por u$s800 millones aproximadamente, teniendo en cuenta los valores exportados en 2024, según el Ministerio de Economía. Para 2025 se esperaba un aumento de las cantidades vendidas, pero la caída de los precios internacionales haría que el valor total de ventas del agro se acercara a las cifras de 2024 y cierre en u$s32.000 millones.
Todo en un escenario complicado por el clima en el que la sequía que todavía golpea sobre el maíz y la soja temprana aún espera las lluvias que mejoren los granos antes de la cosecha.
Además, se eliminaron las retenciones a las economías regionales que todavía tenían este impuesto. Incluyen azúcar, algodón, cuero bovino, tabaco, foresto industria, arroz y otros productos.
Para acceder al beneficio, los productores deberán liquidar a los 15 días de presentar la declaración jurada, pero no tendrán la obligación de embarcar los granos. Para ello tendrán 360 días desde la declaración jurada.