Sus apellidos son verdaderos íconos del rock argentino, sin embargo ellos patearon el tablero del legado familiar y se convirtieron en los referentes de una emergente camada de actores que brilla en el cine, en las series de streaming y en teatro. Margarita Páez, hija de Fito Páez; Julián y Valentina Cerati, sobrinos de Gustavo Cerati y todo el clan Spinetta, que se divide en Ángelo y Benicio Mutti Spinetta, hijos de Catarina y el actor Nahuel Mutti, y Vera Spinetta, hija directa del eterno Flaco, son quienes promueven un estilo de actor de bajo perfil, profesional, instruido y dedicado al arte en su expresión más independiente. A ninguno de ellos se los ve alardeando de su árbol genealógico, por el contrario, integran elencos corales donde solo se los divisa por un nombre ultrasonante. Lejos del cliché “sexo, drogas y rock and roll” que los recibió al mundo, se posicionan como los hacedores del nuevo espectáculo nacional.
Made in Rosario
Margarita Páez es fruto de dos vertientes artísticas concretas, por lo que imaginarla ejerciendo la medicina o abogacía sería impensado. Mamó actuación gracias a Romina Ricci, su madre actriz, y se arropó bajo la música de su padre, Fito Páez, para dormirse en aquellas noches donde el llanto y el malestar pos cena la acercaban al insomnio. Y aunque su desembarco en el mundo de la actuación podría haber sido rimbombante y con todas las luces, fue con la tímida obra “Al borde del mundo” en el teatro San Martín para tan solo un puñado de espectadores. Con un elenco integrado por Justina Bustos, Paula Kohan, Laila Maltz y Ailín Salas, fue tal el éxito que este año reestrenaron en el Astros con misma convocatoria.
El primer coqueteo de Margarita Páez con la actuación fue a los 13 años cuando aceptó ser parte de la película que filmó su madre “El padre de mis hijos”, pero no continuó profesionalmente más que tomando clases de baile, música y teatro en paralelo con el colegio. En una entrevista ofrecida a Ciudad.com revelaría: “Mis padres siempre me dieron la libertad para hacer lo que quisiera. Entonces me anoté en la escuela de teatro de Nora Moseinco y empecé a explorar la actuación más seriamente. No sabía si eso era lo que quería, pero a medida que fui avanzando me di cuenta que sí”. A sus veinte años y tras recibir los elogios de la prensa especializada, Margarita se posiciona como una de las actrices jóvenes a tener en cuenta por parte de los grandes productores.
Hijos de Estela Cerati, la hermana del medio de Gustavo, Valentina y Julián son dos caras inéditas y efectivas de la nueva generación de actores que brillan en las plataformas de streaming. En ambos casos, tras un pasado con la música, los dos fueron inclinándose hacia la actuación, donde hoy son parte fundamental de las historias que narra el cine actual.
Oriundo de City Bell, Julián confesaba que tardaba más en el viaje hacia Capital Federal que en hacer los casting. Nunca chapeó con su apellido y sí trataba de conquistar a los productores con su histrionismo y cualidades físicas y actorales. Futbolista por esencia y con muchas horas de gimnasio, sorprendía cuando hacía imitaciones de Lionel Messi o Néstor Kirchner. Sus primeros trabajos en la pantalla fueron para diversas publicidades hasta llegar a Disney donde debutó en “O11CE”, serie que combinaba sus dos pasiones, la cámara y la pelota de fútbol. En la actualidad brilló como uno de los protagonistas de la serie “Un león en el bosque” junto a Federico D´Elía y Julieta Cardinali.
Con un perfil incluso un poco más bajo, Valentina Cañeque Cerati viene destacándose en diferentes rubros como la música y el periodismo, pero fue con la serie “La mente del poder” donde obtuvo gran repercusión. Nacida en 1992, pleno esplendor de la banda Soda Stereo, de pequeña no codificaba que su tío, el que encontraba en las reuniones familiares era uno de los mayores símbolos del rock latinoamericano. Ella tomó clases de canto, actuación y comedia musical desde los 11 y tras formar el dúo Pumper Nic con un amigo, se empezó a hacer fuerte en las tablas, pasión que inició con la obra “La lección de anatomía”, a la cual llegó luego de diversas audiciones. Su último trabajo, aunque es una participación pequeña, es en la serie emitida por Flow, “Un león en el bosque”, donde comparte elenco con su hermano Julián.
Genética artística
La hija menor de Luis Alberto Spinetta en el último tiempo se volvió una musa inspiradora para todos los nuevos realizadores argentinos. Su expresivo rostro, mezcla de incredulidad y hastío, la convirtió en una estrella para la nueva ola independiente de cine que explora emociones y atmósferas. A sus 33 años, Vera Spinetta acaba de estrenar junto a Sofía Gala Castiglione «Bajo naranja», su película número 15, tras haberse destacado en cintas como “Mala vida” y “Voley”. Pero la hija del autor de “Muchacha ojos de papel” también triunfa en las plataformas, donde el año pasado estrenó junto a Lali, la serie “El fin del amor” que este año presentará su segunda temporada.
Sin embargo el legado artístico del Flaco Spinetta fue por duplicado. Inconmensurable su aporte a la música, en la actuación también dejó su impronta. Su hija Catarina Spinetta, ex actriz y actual DJ, tuvo con el actor Nahuel Mutti, a sus tres hijos Ángelo, Benicio y Justino, de los cuales los dos primeros debutaron en 2015 en cine con Moria Casán en el film “Primavera”. Reconocido trabajo que los potenció y les ayudó a edificar sendas carreras siempre en la pantalla de celuloide. En el caso de Ángelo en los films “Un viaje a la Luna” y “La llegada del hijo”, y Benicio con “Mi mejor amigo” y “Ciegos”. Con apellidos que abren todo tipo de puertas, ellos saben que la clave reside en permanecer. Y engrosar el listado de trabajos en Wikipedia les demuestra que van por el buen camino.