Cambiar el piso de una institución deportiva demanda dedicación de sus socios y una organizada logística, además de una importante inversión. Por eso se festeja como la obtención de un título: es la verdadera consagración colectiva. En Despeñaderos, Córdoba, el club Juventud Alianza logró el hito al renovar el piso de su cancha de básquet con casi dos toneladas de tapitas de gaseosas recicladas, gracias a una iniciativa innovadora y sostenible.
El proyecto, impulsado por la municipalidad local y apoyado por Bloomberg Philanthropies, no solo mejoró las instalaciones deportivas, sino que también fomentó la conciencia ambiental y el trabajo comunitario de sus socios y de los habitantes de la localidad ubicada a 50 kilómetros de la capital cordobesa.
Inspirados por una iniciativa similar del club Atenas, los directivos de Juventud Alianza, liderados por Matías Tabares, lanzaron el proyecto Ecosport bajo el Programa Fondos Juventud y Acción Climática.
La meta: recolectar tapitas plásticas para fabricar placas encastrables que formaran un piso deportivo de alta calidad para enfrentar el desafío de reemplazar los antiguos cerámicos del gimnasio del club, que ya no eran seguros para los jugadores.
La comunidad se unió al esfuerzo, recolectando tapitas durante seis meses. “Tres kilos de tapitas equivalen a un metro cuadrado”, explicó Tabares a Infobae.
Con la colaboración de vecinos, universidades y los propios chicos de las categorías U13, U15 y U17, que clasificaron las tapitas por colores, se cubrió una superficie de 32×18 metros. Bloomberg Philanthropies financió la transformación de los plásticos en placas, entregadas en solo una semana tras ser procesadas en una fábrica en Córdoba.
El nuevo piso, ya en uso para entrenamientos, será inaugurado oficialmente el 25 de abril con la presencia de Héctor “Pichi” Campana, leyenda del básquet y padrino de la cancha. Este logro no solo beneficia a los jugadores, sino que también inspira sostenibilidad: el proyecto incluyó al otro club local, Unión, que fabricará bancos de suplentes con botellas recicladas.
“Estamos felices, los chicos no lo podían creer. Acá todo nos cuesta”, expresó Tabares.