Cerrada la jornada, este lunes el Banco Central (BCRA) anunció que libera desde mañana el acceso al mercado libre de cambios (MLC) para los inversores no residentes en el país, sin conformidad previa, para los nuevos ingresos de fondos que realicen.
Un nuevo paso en la apertura del cepo, esta vez en la busca del Central de hacerse de dólares extranjeros, con el incentivo del carry trade (aunque con retención de 6 meses) con tasas superiores a la implícita del dólar futuro, es decir, con tasas de interés que superan ampliamente a la variación de la cotización del dólar de entrada y salida. Garantizando un negocio jugoso para la “timba financiera”.
El BCRA lo informó mediante un comunicado de prensa en la que destacan que los nuevos fondos, que deberán ser liquidados por el MULC en consonancia con la inversión original, deberán permanecer en el país al menos seis meses para poder volver a ser girados al exterior: “establecer un horizonte temporal mínimo opera como una medida prudencial destinada a restringir la entrada de capitales con perfiles marcadamente especulativos, favoreciendo así una mayor estabilidad y previsibilidad en el funcionamiento del mercado”.
Un tiempo que casualmente, o no, coincide con las elecciones nacionales de medio término del 26 de octubre de este año.
Te puede interesar: Milei al Fondo: un salvavidas de plomo
Te puede interesar: Milei al Fondo: un salvavidas de plomo
La entidad que dirige Santiago Bausili anunció además una nueva serie de bonos Bopreal (la 4) nominada en dólares para «ordenar los pagos de los stocks heredados de deudas comerciales anteriores al 12 de diciembre 2023, dividendos y servicios de deuda comercial y financiera retenidos con entidades vinculadas». Las ganancias empresariales que no entran en la actual liberación del cepo ya que incluye los dividendos de 2025 en adelante. Y las deudas, que muchas de ellas son intrafirma, es decir de las propias empresas con sus casas matrices.
El nuevo Bopreal tendrá un plazo de tres años y podrá suscribirse en pesos para afrontar los pasivos. La tasa de interés no fue definida y será anunciada con la publicación de la primera licitación que será pagada dos veces al año. «El capital será repagado en una sola amortización al vencimiento. En una primera instancia, se aprobará un monto total de emisión de hasta 3.000 millones de dólares que serán adjudicados por adhesión en licitaciones sucesivas», detalla el comunicado.
El Central aseguró que «las emisiones anteriores de Bopreal lograron ordenar los pasivos comerciales de los importadores acumulados al 12 de diciembre de 2023» y esta nueva emisión «apunta a resolver los stocks retenidos de dividendos y servicios de deuda con entidades vinculadas, y se complementa con la flexibilización de flujos ya implementada en el acceso al mercado oficial de cambios, que abarca pagos de intereses por deudas financieras con vinculadas y utilidades correspondientes a ejercicios iniciados a partir del 1° de enero de 2025.»
¿Aguantar hasta octubre?
La nueva medida muestra la necesidad de hacerse de dólares, garantizando flexibilidades a los inversores extranjeros. A pesar de los jugosos beneficios del RIGI que promueven el extractivismo saqueados, las inversiones escasearon. Las tantas giras al exterior de Milei y encuentros con los principales magnates no derivaron en entradas de dólares para el país, y el equipo económico de Milei, la segunda gestión de Caputo en economía, terminó en un nuevo endeudamiento con el FMI.
Por otro lado, además ofrece un bono para retrasar la salida de dólares de las empresas por dividendos y deudas. Aún se desconoce la tasa, pero implica un nuevo endeudamiento con los jugadores seriales de siempre.
La retención por 6 meses podría ser un gesto de garantizar dólares hasta octubre, aún así con la llegada de los “fondos frescos” de los acuerdos con los organismos internacionales. El costo puede ser la profundización del carry trade y una nueva bola de nieve de deuda.
Ante la nueva estafa de Milei y Caputo, sólo la izquierda propone como salida a esta crisis el no pago de la deuda odiosa para cortar la sangría de dólares, que se sigue pagando sin siquiera haber sido investigada. ¡Las estafas no se pagan!
La nacionalización del sistema bancario y el comercio exterior bajo administración de los trabajadores, son medidas complementarias que permitirían evitar la gran fuga de capitales y las maniobras especulativas, que alimentan las expectativas devaluatorias. Además, se podrían generar créditos baratos para el pequeño comercio y el pueblo trabajador y cuidar el ahorro nacional. Estas medidas forman parte de un planteo que patea el tablero por una salida de fondo, para empezar a planificar la economía desde abajo, en función de las necesidades de las grandes mayorías y no de las ganancias.
Frente a la crisis económica que continúa acelerándose también hay que exigir aumento de emergencia para salarios y jubilaciones. Ningún salario debería ser menor a la canasta básica familiar y ninguna jubilación puede estar por detrás de la canasta del jubilado. La dirigencia sindical ha sido cómplice de este ataque al salario y jubilaciones, es necesario imponerles un plan de lucha hasta terminar con este plan de ajuste, para que las jornadas del 9 y 10 de abril no sean un paro aislado, sino parte de un plan de lucha, que avance hacia la huelga general política, único medio para derrotar el conjunto del plan de ajuste del Gobierno, el FMI y el gran empresariado.