martes, 22 abril, 2025
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Después de Francisco: la batalla por el alma conservadora de la Iglesia

La muerte del Papa Francisco —jesuita de 88 años—, acaecida el 21 de abril de 2025, cierra un capítulo complicado en la historia de la Iglesia Católica. Jorge Mario Bergoglio, el primer Papa latinoamericano, asumió el trono de Pedro en 2013 con un mensaje de humildad, pero su pontificado quedará marcado por controversias que fracturaron la unidad eclesial.

| La Derecha Diario

Hagamos un breve repaso de los puntos más polémicos de su papado, la influencia de figuras como Víctor “Tucho” Fernández —prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe— y la necesidad imperiosa de un Papa conservador que restaure la ortodoxia y defienda la Verdad, que es eterna, y no puede relativizarse ni hacer concesiones a las corrientes ideológicas hegemónicas o de moda.

El pontificado de Francisco se caracterizó por una desafiante hermenéutica doctrinal que desconcertó a los fieles. Un hito fue Amoris Laetitia (2016), cuyos párrafos 300-305 abrieron la puerta a la comunión para divorciados vueltos a casar.

El Sínodo Amazónico de 2019 y su exhortación Querida Amazonia (2020) profundizaron las tensiones. Aunque Francisco no aprobó el sacerdocio para hombres casados, el sínodo promovió cierta “inculturación” cercana al sincretismo, especialmente con la exhibición del ídolo Pachamama en el Vaticano.

El cardenal Gerhard Müller denunció este acto como idolatría, mientras el cardenal emérito Sandoval Íñiguez, en una carta pastoral de 2019, advirtió que tales gestos diluían la fe en aras de un “ecumenismo mal entendido”. La respuesta de Francisco, calificando la Pachamama como simple expresión cultural, no disipó las sospechas de un Papa propenso a ceder ante el relativismo.

El documento Fiducia Supplicans (diciembre de 2023), firmado por el cardenal Víctor “Tucho” Fernández, significó una seria preocupación para no pocos católicos. Autorizó bendiciones para parejas homosexuales, siempre que no se equipararan al matrimonio.

Esta lectura provocó las Dubia de 2023, firmadas por los cardenales Brandmüller, Burke, Zen, el mexicano Juan Sandoval Íñiguez —arzobispo emérito de Guadalajara— y Robert Sarah, el 21 de agosto. Sandoval cuestionó si el documento permitía relativizar el pecado mortal y la disciplina sacramental. La respuesta de Francisco fue interpretada como un paso más hacia el progresismo.

La ambigüedad del texto permitió lecturas que muchos, incluidos obispos africanos como Robert Sarah, consideraron contrarias a la Escritura. Sandoval Íñiguez, en una entrevista de enero de 2024, calificó el documento como “un error grave” que “abre la puerta al relativismo moral”. La resistencia de conferencias episcopales, como la de Nigeria, evidenció una Iglesia dividida por un progresismo que, desde una óptica conservadora, traiciona la verdad del Evangelio.

Víctor “Tucho” Fernández, nombrado prefecto en 2023, es una figura central en esta deriva progresista. Teólogo argentino y amigo personal de Francisco, Fernández es conocido por su libro Sáname con tu boca (1995), un texto incomprensible de espiritualidad erótica difícil de digerir desde una postura conservadora.

Su teología, centrada en la “pastoralidad” sobre la doctrina, refleja un enfoque relativista que minimiza el pecado en favor de la “inclusión”. En entrevistas de 2023, Fernández defendió Fiducia Supplicans como un “gesto de amor”, ignorando las críticas. La influencia de Fernández, desde un ojo conservador, simboliza la infiltración del progre-globalismo alineado con la ideología woke.

Los encuentros de Francisco con nefastos líderes de izquierda reforzaron las críticas. En 2015, se reunió con el insufrible dictador Fidel Castro en Cuba, sin condenar la represión del régimen contra los católicos, la pobreza y la persecución contra disidentes.

Ese mismo año, el cocalero comunista señalado por pederastia Evo Morales le obsequió un crucifijo con la hoz y el martillo, un símbolo blasfemo que Francisco aceptó sin reproche, afirmando que “no lo tomó como ofensa”. Inaudito.

En enero de 2022, recibió al ex guerrillero comunista del M-19, Gustavo Petro, candidato presidencial de Colombia, en un gesto que pareció respaldar su agenda progresista, incluida la legalización del aborto. En febrero de 2024, el Papa Francisco dialogó con Claudia Sheinbaum, ahora presidenta de México, una atea declarada y líder de Morena, un partido socialista. Estas reuniones, desde una óptica de Nueva Derecha, reflejan una complicidad con ideologías ponzoñosas que agreden los valores cristianos.

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