Cambios en las condiciones globales, proyectos que «levantan el perfil» y nuevas desregulaciones del Gobierno que impactan en la macro, han servido para poner de vuelta a la Argentina en el radar de los inversores de capital privado, que pueden apuntalar el crecimiento de las startups locales.
Fernando Paez Solchaga, director ejecutivo de Arcap, la Asociación Argentina de Capital Privado, Emprendedor y Semilla comentó en diálogo con Clarín: “Hay un recorrido que ya se puede mostrar con hitos concretos. El desafío ahora es consolidar la estabilidad y generar reglas de juego claras y sostenibles”.
El ecosistema emprendedor argentino parece estar atravesando un momento de renovado interés por parte de los inversores. Así lo expresó Paez Solchaga, quien analizó el panorama actual en torno al venture capital y destacó que, tras un 2023 desafiante, el año pasado marcó una recuperación.
“Se invirtieron más de US$ 400 millones en startups de origen argentino, un número muy alentador”. Gran parte de ese capital se concentró en tres compañías: Ualá, Pomelo y Tapi, todas vinculadas al sector Fintech. “En cantidad de deals, aparecen otros verticales como Agro o Biotech, pero en tamaño, el podio lo lideran esas tres”, remarcó el ejecutivo.
Para los inversores internacionales, el talento argentino sigue siendo un factor clave. Según el especialista, muchas startups nacen en el país y luego expanden operaciones a mercados como México, Colombia o Brasil.
“Argentina es cuna de talento, y eso siempre genera interés”, afirma. Sin embargo, reconoce que las condiciones macroeconómicas han jugado un rol ambivalente: “Durante mucho tiempo se contaba poco al mercado argentino; hoy, con ciertos cambios, vuelve a estar en el radar”.
Uno de esos cambios es la salida del cepo y el camino hacia una mayor previsibilidad. Esto, asegura, abre nuevas posibilidades. “Los fondos de venture capital tienen su propio ritmo, pero ya hay señales de mucho interés”.
Consultado sobre los sectores con mayor proyección, no duda: Fintech continúa siendo líder, tanto en cantidad de operaciones como en volumen de inversiones. “Toda compañía del futuro es, de alguna forma, una Fintech”, sostiene, aunque también menciona al Agro y la Biotecnología como áreas con alto potencial.
Paez Solchaga también remarcó que el ecosistema necesita seguir madurando. Un desafío pendiente es acercar las inversiones a perfiles más pequeños.
“Hoy los fondos están pensados para tickets muy grandes. Estaría buenísimo que mañana un inversor minorista pueda participar de ese crecimiento, pero para eso hay que construir vehículos adecuados”. En esa línea, destacó el rol de las corporaciones, muchas de las cuales ya cuentan con fondos de innovación abierta. “Desde ARCAP trabajamos con actores como Galicia o Vista… Son empresas que invierten tanto en startups como en fondos, lo que enriquece mucho el ecosistema”.
Aunque el contexto actual se percibe más favorable, no se pierde de vista que se trata de un proceso gradual. “Hay un recorrido que ya se puede mostrar con hitos concretos. El desafío ahora es consolidar la estabilidad y generar reglas de juego claras y sostenibles”, Insistió en la necesidad de una articulación entre sector público y privado para crear un marco atractivo y confiable a largo plazo.