lunes, 9 junio, 2025
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Gaza, el fútbol y Greta Thunberg

El fútbol, a veces, puede estar donde menos se lo espera. Es necesario agudizar la vista, ensanchar las sensibilidades y repeler los intentos de quitarlo una y otra vez de la vida política, ahí donde sobrevive como toda cosa de la cultura. Allí estará, en alguna de sus formas. En una de esas, estará sobre la piel de una activista sueca llamada Greta Thunberg en el momento en el que anuncia que ha sido interceptada y secuestrada por fuerzas israelíes, junto a sus 11 compañeros de la misión humanitaria que navegaba en aguas internacionales rumbo a Gaza. En una de esas el fútbol, ese deporte que es de los pueblos, estará escondido en una camiseta que ella lleva puesta, la del Bohemian FC, un club irlandés que juega en la máxima categoría de su país, pertenece a sus socios y apoya la causa palestina.

El fútbol había pasado inadvertido en el velero Madleen, que integra la Coalición de la Flotilla de la Libertad (FFC, por sus siglas en inglés), en su octavo día de viaje con el objetivo de transportar ayuda humanitaria y romper el prolongado bloqueo israelí sobre Gaza. Pero allí estaba. Los 12 activistas a bordo habían atravesado la jornada del domingo atentos a la información que llegaba desde Israel, principalmente a la amenaza directa de su ministro de Defensa, quien aseguraba haber instruido al ejército para impedir la llegada de la embarcación a la Franja. «No seremos intimidados. El mundo está observando», había respondido entonces la portavoz de la Flotilla, Hay Sha Wiya. Entrada la noche en Argentina, sin embargo, las redes oficiales de la misión humanitaria y de los 12 activistas alertaron sobre la interceptación del velero. “La Coalición de la Flotilla de la Libertad confirma que su barco civil, Madleen, que transportaba ayuda humanitaria a Gaza, fue atacado e interceptado por la fuerza por el ejército israelí a las 3:02 am CET en aguas internacionales a 31.95236° N, 32.38880° E. El barco fue abordado ilegalmente, su tripulación civil desarmada fue secuestrada y su carga, que incluía fórmula para bebés, alimentos y suministros médicos, fue confiscada“, anunciaron ya este lunes desde la web oficial de la FFC.

En la captura de video que se difundió y pareciera congelar fotográficamente el momento de la interceptación sobre el Madleen -se ve a los activistas sorprendidos y con sus brazos levantados- es difícil distinguir a Greta Thunberg. Tampoco es fácil identificar a sus compañeros activistas: la alemana Yasemin Acar, el brasileño Thiago Avila, el turco Şuayb Ordu, el español Sergio Toribio, el neerlandés Marco Van Rennes y los franceses Baptiste Andre, Omar Faiad, Rima Hassan, Pascal Maurieras, Yanis Mhamdi y Reva Viard. Sin embargo, en los videos pre-grabados lanzados inmediatamente para alertar sobre sus capturas, se los distingue fácilmente. En su filmación, a la sueca se la puede ver envuelta en una kufiya, el pañuelo blanco y negro símbolo de la lucha palestina, y, debajo de él, asomándose apenas, la camiseta del Bohemian FC. Quizás un acto sin mayores significados o quizás un guiño de la joven militante a un fútbol que ha ignorado mayoritariamente lo acontecido en Gaza y, al mismo tiempo, un homenaje a un club irlandés que sí ha elegido proclamarse al respecto en múltiples oportunidades y desde diversos lenguajes y plataformas.

Quienes ingresen a las redes sociales del club de Dublin encontrarán que entre sus últimas publicaciones una remite literalmente al velero en su viaje rumbo a Gaza. “Todos los ojos en Madleen”, se lee sobre una imagen de la embarcación, con la bandera palestina flameando. Pero por más poderosas que sean las redes sociales en nuestros días, el club las ha complementado con hechos concretos en la vida offline: el más importante, sin dudas, ocurrió el 15 de mayo del año pasado, cuando celebraron un partido amistoso entre su primer equipo femenino y la Selección femenina de Palestina. “Tenemos una razón para contarle a la gente que somos seres humanos. Tenemos derechos como ustedes: a jugar, a expresar nuestros sentimientos, a ser reconocidos por el mundo. Con este evento, les decimos que existimos”, fueron las palabras que le dijo, en la previa del partido, la defensora palestina Mira Natour al medio The Guardian.

Aquel miércoles, Palestina venció 2-1 al combinado de Bohemian FC en su primer partido jugado en Europa, que coincidió con el 76 aniversario de la Nakba (“catástrofe“, en árabe), el éxodo palestino de 1948, un suceso fundamental en su historia de lucha nacional. ”Es una muestra de solidaridad ante una situación cada vez más desesperanzada en Gaza“, definió aquella jornada Daniel Lambert, director de operaciones del club irlandés, en diálogo con The Irish Times. Charlotte Phillips, arquera palestina de aquel equipo, se emocionó apenas acabó el encuentro, al punto de ni siquiera recordar cómo había terminado el marcador. “Creyeron que podían deshacerse de nosotros y no pueden: esta es la prueba de nuestra existencia“, le dijo entre lágrimas al medio OffTheBall. Cinco días antes, la ONU había votado a favor del ingreso de Palestina como miembro pleno, una decisión no vinculante pero sí simbólica que tuvo 143 apoyos, 25 abstenciones y nueve rechazos, entre los que estuvieron los de los Israel, Estados Unidos y Argentina.

Según un informe de la agencia Reuters, las autoridades sanitarias palestinas afirman que la campaña terrestre y aérea de Israel en Gaza ha matado a más de 50.000 personas -siendo casi un tercio de los muertos menores de 18 años- desde el inicio del conflicto el 7 de octubre de 2023, cuando Israel declaró la guerra a Hamás aquel día, tras un ataque del grupo islamista que incluyó el lanzamiento de cohetes y la infiltración simultánea de miles de milicianos que mataron a unas 1.200 personas y secuestraron a otras 250 en poblaciones cercanas a Gaza. “Israel no tiene autoridad legal para detener a los voluntarios internacionales a bordo del Madleen”, declaró Huwaida Arraf, abogada de derechos humanos y organizadora de la Flotilla de la Libertad. Y agregó: “Esta incautación viola flagrantemente el derecho internacional y desafía las órdenes vinculantes de la Corte Internacional de Justicia que exigen el libre acceso humanitario a Gaza. Estos voluntarios no están sujetos a la jurisdicción israelí y no pueden ser criminalizados por entregar ayuda humanitaria o desafiar un bloqueo ilegal; su detención es arbitraria, ilegal y debe cesar de inmediato”.

«El ‘yate selfie’ de las ‘celebridades’ se dirige sano y salvo a las costas de Israel. Se espera que los pasajeros regresen a sus países de origen», posteó el Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel en X, confirmando la interceptación del Madleen por parte de fuerzas de su país. Luego de confirmar que se encontraban sanos y salvos, otro posteo anunció: ”Se les proporcionaron sándwiches y agua. El espectáculo ha terminado».

“No podemos quedarnos de brazos cruzados, sin hacer nada, y ver cómo este genocidio transmitido en vivo se desarrolla ante nuestros ojos“, le había explicado Greta Thunberg al medio Democracy Now! antes de la detención, cuando todavía navegaba en el Madleen junto a sus compañeros. El velero no llegó a destino. No pudo romper el bloqueo. Ni entregar la ayuda humanitaria. Pero allí apareció -como a veces aparece el fútbol, cuando ya nadie más lo espera- para sacudir al mundo y despertar alguna reacción.

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