Kate Middleton y el príncipe Guillermo soñaban con un cambio de aire para ellos y sus hijos, pero lo que parecía un paso hacia la tranquilidad se convirtió en una fuente de problemas. Es que ante la próxima mudanza de la pareja real a Forest Lodge, los vecinos de la zona están que arden, nada contentos con recibirlos.
El matrimonio real había anunciado con entusiasmo que dejarán atrás Adelaide Cottage, su hogar desde 2022, para instalarse en una propiedad rodeada de naturaleza. Pero mientras Kate y Guillermo proyectan una vida más serena, los habitantes del barrio solo ven complicaciones en el horizonte.
Las primeras quejas llegaron por las obras que se llevan adelante en la mansión, reformada a medida con fondos privados de Kate y Guillermo. Sin embargo, la preocupación de la comunidad va mucho más allá: temen que la llegada de los príncipes traiga ruido, flashes y una invasión de curiosos.
Vecinos del Parque Residencial Cranbourne Hall aseguraron al Daily Mail que Forest Lodge no ofrece tanta privacidad como Adelaide Cottage. Y dejaron en claro su temor a que el barrio se transforme en un escenario de paparazzis, periodistas y turistas detrás de cada movimiento de la familia.
EL CONFLICTO QUE KATE MIDDLETON ENFRENTAN CON SUS NUEVOS VECINOS
El malestar de la gente no es menor: los residentes sostienen que lo que para los príncipes significa paz, para ellos será pérdida de intimidad. Cada salida, visita oficial o evento podría alterar la calma que caracteriza al lugar, convertido de la noche a la mañana en foco de atención mundial.
Aunque Kate y Guillermo planean instalarse antes de fin de año, la mudanza ya está rodeada de polémica. Forest Lodge, pensado como refugio de tranquilidad, podría convertirse en el epicentro de una convivencia incómoda entre la realeza y unos vecinos que no quieren flashes en su jardín.