La Agencia Federal de Ciberseguridad, a cargo de Ariel Waissbein, es la tercera pata de la inteligencia argentina y tal vez la más importante. Funciona alejada de todo en el predio llamado Citefa al costado de la Avenida General Paz, pegado al predio de Tecnópolis en el conurbano bonaerense.
El miércoles 6 de agosto, Waissbein recibió una visita sorpresa por parte de Sergio Neiffert, Alberto Magaldi de Contrainteligencia (hombre de Stiuso) y José Lago Rodriguez, la persona que Santiago Caputo puso para los temas legales y administrativos. Estos tres hombres de peso dentro de la Secretaría de Inteligencia llegaron para verificar las tareas que estaba haciendo el funcionario. La visita fue un cimbronazo en el área de Ciberseguridad y el radiopasillo que comenzó a circular fue que tomaron por asalto el lugar porque Waissbein es reticente a compartir información con sus pares, con los superiores y mucho más con los escalafones inferiores, como Contrainteligencia. Había enojo y molestias porque “se encanutaba la info”.
Waissbein no sabía nada de la visita del jefe y, cuando lo vio, comenzó a transpirar. El área de Contrainteligencia era la que más molesta estaba con las formas de trabajo de Waissbein y luego de varios intercambios, encontraron los argumentos para convencer a Neiffert de que era necesario «intervenir» la Agencia Federal Ciberseguridad.