Tras brillar en el fútbol, Emiliano Albín se reinventó como ingeniero agrónomo, con una tesis enfocada en el césped de estadios deportivos.
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Retirarse del fútbol profesional puede ser un gran desafío para muchos jugadores. Sin embargo, hay futbolistas que eligen prepararse para el futuro estudiando, ya sea durante su carrera o después de colgar los botines. Tal es el caso de Emiliano Albín, quien encontró en la agronomía una forma de combinar su amor por la naturaleza con su experiencia en el deporte.
El lateral uruguayo que alguna vez defendió los colores de Peñarol y Boca Juniors decidió complementar su carrera futbolística con los estudios, un camino que finalmente lo llevó a convertirse en ingeniero agrónomo. Su transición de los campos de juego a los campos naturales es un ejemplo inspirador de cómo el aprendizaje puede abrir nuevas oportunidades.
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La historia de Albín es una lección de perseverancia y adaptación tanto en el mundo del fútbol como la educación
Cómo fue la carrera de Emiliano Albín
Emiliano nació en Nueva Helvecia, Uruguay, y desde pequeño mostró un gran interés por el deporte. Criado en un entorno rural, sus primeros años estuvieron marcados por el contacto con la naturaleza, algo que influiría en su futuro profesional. Aunque el fútbol era su gran pasión, su familia también le inculcó la importancia de la educación y el trabajo.
Su debut en el fútbol profesional llegó con Peñarol, uno de los clubes más importantes de Uruguay. Como lateral derecho, Albín se consolidó rápidamente como una pieza clave en el equipo. Entre sus logros más destacados se encuentran el campeonato uruguayo 2009/2010 y la participación en la final de la Copa Libertadores 2011 contra el Santos de Neymar. A nivel internacional, representó a Uruguay en los Juegos Panamericanos de 2011 y en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, logrando una medalla de bronce.
En 2012, el lateral derecho dio el salto al fútbol argentino, firmando con Boca Juniors. Durante su temporada en el club xeneize, disputó 23 partidos y tuvo la oportunidad de ser dirigido por Carlos Bianchi. Aunque su paso por Boca no fue extenso, marcó un hito en su carrera al competir en uno de los clubes más prestigiosos de Sudamérica.
Tras su etapa en Boca, Albín jugó en diversos equipos, incluyendo Arouca en Portugal, Atlético Tucumán en Argentina, y Deportivo Santaní en Paraguay. Finalmente, regresó a Uruguay, donde vistió las camisetas de Juventud Las Piedras y Villa Española. Su retiro oficial del fútbol profesional se dio después de años de dedicación, cerrando una carrera que le dejó tanto éxitos como aprendizajes.
Cómo fue la vida de Albín después del retiro
Lejos de alejarse completamente del fútbol, Emiliano encontró una manera de unir sus dos grandes pasiones: el deporte y la naturaleza. Después de años combinando entrenamientos y estudios, finalmente obtuvo su título de ingeniero agrónomo en 2023, un logro que lo llenó de orgullo tras 16 años de esfuerzo académico intermitente.
El exjugador explicó que su formación en agronomía está enfocada en el mantenimiento de campos deportivos. «Mi tesis se basó en la comparación de especies de césped utilizadas en estadios, buscando las mejores opciones para su cuidado y durabilidad». Este conocimiento le abre la posibilidad de continuar vinculado al fútbol, pero desde un rol técnico y profesional.
Actualmente, está evaluando propuestas laborales, incluida una posibilidad de regresar a Peñarol como intendente de la Ciudad Deportiva Néstor “Tito” Gonçalves. Este nuevo desafío le permitiría aplicar su formación en la gestión y cuidado del césped de las instalaciones del club, combinando su amor por el deporte con su carrera como ingeniero.