Luego de tres años, Molino Cañuelas, histórica alimenticia dueña de marcas como los bizcochitos 9 de Oro y la harina Pureza, logró la mayoría de los avales por parte de sus acreedores para salir de su concurso, que involucró a más de 650 afectados y deudas por US$ 1.290 millones.
La empresa de los hermanos Aldo y Adriano Navilli, una de las más grandes del sector agroindustrial del país, informó que, con un 89,07% de apoyo, alcanzó las mayorías requeridas para la aprobación de la propuesta concursal en el marco de su proceso judicial de reestructuración financiera, que se inició en septiembre de 2021.
El casi 90% que dio el visto bueno para la aprobación de esta oferta mejorada, que la empresa presentó en agosto, representa al 60% de los acreedores titulares de la deuda quirografaria, es decir, el pasivo que fue verificado por la Justicia, de US$ 1.290 millones.
La mayoría son entidades bancarias tanto internacionales como locales que, según aseguró en 2021 Molino Cañuelas, la forzaron a presentarse en concurso, ante la imposibilidad de llegar a un acuerdo en las negociaciones.
“Pese a los esfuerzos realizados, y no obstante al consenso alcanzado con una relevante cantidad de las instituciones financieras involucradas, incluida la banca nacional y los organismos multilaterales, las acciones judiciales promovidas por una minoría de entidades financieras forzaron a la empresa y a Compañía Argentina de Granos (CAG) (N.d.R: su “pata” agrícola, también concursada) a solicitar la apertura de su concurso preventivo de acreedores”, había explicado tres años atrás.
Ahora, habiendo presentado las mayorías dentro del período de exclusividad −el plazo estipulado por la Justicia para negociar y evitar la quiebra−, se espera que se formalice próximamente la homologación judicial de la propuesta, que consta de tres opciones de pago: contado, corto plazo y largo plazo.
“Este acuerdo refuerza el compromiso de Molino Cañuelas con sus empleados, clientes, proveedores, acreedores y organismos gubernamentales, como también con todos aquellos consumidores que han mantenido inalterada la confianza en sus productos”, señaló la concursada en un comunicado.
Asimismo, la compañía hizo extensivo “un sincero agradecimiento a los acreedores por el apoyo brindado durante el proceso, como también a los equipos técnicos, asesores y accionistas que activamente participaron en su logro”.
De capitales argentinos y con 3.500 empleados directos, la firma tiene 20 plantas industriales en la Argentina y la región que fabrican más de 20 marcas, entre las que están Cañuelas, 9 de Oro, Pureza y Mamá Cocina. Pese al proceso judicial, en 2024 lanzó al mercado 100 productos, señaló, “a partir de la innovación de la calidad y precios accesibles, buscando satisfacer las necesidades de todos los clientes”.
Dos marcas de ropa de la familia Navilli, en venta
En paralelo al concurso, en octubre, tres integrantes de la familia Navilli pusieron en venta dos famosas marcas de ropa femenina: Vitamina y Uma. Se trata de Regina, Luciano y Mariano Navilli, hijos de Aldo, cofundador de Molino Cañuelas junto con su hermano Adriano. El emprendimiento es ajeno a Molino Cañuelas, un proyecto independiente de los tres hermanos.
Según pudo saber Clarín, en el último año y medio, Uma y Vitamina redujeron su presencia en shoppings, dando por terminado el vínculo comercial con varios de ellos, porque “no performaban de acuerdo a las expectativas y para ellos tampoco era negocio por lo que valían los locales que ocupaban”, dicen en el sector.
También dicen en el rubro que, al desvincularse su exCEO, Gonzalo Sánchez Zinny −hijo de la dueña de la firma GPS Real Estate−, se vislumbró un declive de ambas marcas, a las que “ya no les estaban poniendo foco, porque concentraron la venta en el canal mayorista y hoy casi no tienen puntos de venta en shoppings, salvo contratos que todavía están vigentes”.
Según el mapa de sucursales que figuran en su sitio web, actualmente Vitamina tiene tres locales en centros comerciales de la Ciudad de Buenos Aires: Galerías Pacífico, Alto Palermo y Devoto Shopping. Uma quedó solo en este último.