A pesar de las críticas constantes que recibe por parte de sectores feministas de extrema izquierda, el Gobierno de Javier Milei logró una enorme reducción en los «femicidios» en Argentina.
Según el informe con las cifras preliminares del Observatorio de Femicidios de la Defensoría del Pueblo de la Nación, entre el 1 de enero y el 15 de noviembre de 2024 se registraron 252 víctimas de «femicidio» confirmadas, lo que representa una disminución interanual del 10,6% respecto al mismo período de 2023, cuando se habían registrado 282 casos.
Este resultado refleja un avance considerable en comparación del anterior gobierno kirchnerista, que, a pesar de sus políticas «feministas«, de tener un Ministerio de la Mujer, y de estar repleto de funcionarias «feministas», no solo que no logró una disminución en las estadísticas de «femicidios», sino que las llevó a un récord histórico.
El informe revela que, en el período analizado, se registraron «20 femicidios vinculados», «7 transfemicidios, 10 suicidios feminicidas y 12 femicidios relacionados con el narcotráfico y el crimen organizado».
La reducción en la cantidad total de «femicidios» muestra que las políticas implementadas por el Gobierno de Milei están generando un impacto positivo, a pesar del constante ataques de los grupos feministas y de izquierda, que lo acusan de «machista«, «patriarcal» o de querer destruir los «derechos de las mujeres«.
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Esta caída en las muertes va de la mano de una reducción general en la tasa de homicidios a nivel nacional gracias a las estrategias de «tolerancia cero» adoptadas por la administración libertaria, lo que contrasta con la gestión del anterior gobierno, que no hizo nada para combatir el crimen y los asesinatos.
Durante el mandato de Alberto Fernández y Cristina Kirchner, el feminismo fue un eje central en la agenda política, y se impulsaron varias delirantes iniciativas y leyes que apuntaban, según ellos, proteger a las mujeres y erradicar la «violencia de género». Sin embargo, a pesar de sus promesas, los «femicidios» seguían siendo un problema persistente y en aumento.
Por el contrario, el Gobierno de Javier Milei, a pesar de ser criticado por sus políticas implementadas, logró reducir las cifras de los homicidios, dejando en evidencia el absoluto fracaso del feminismo argentino.
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La administración libertaria enfocó sus esfuerzos en una mayor presencia de las fuerzas de seguridad, con una mejor preparación y financiamiento, junto con el fortalecimiento de la justicia penal, lo que permitió frenar la escalada de violencia.
De esta manera, aunque a las feministas no les guste, el Gobierno «machista» de Milei se preocupó más por las mujeres que el gobierno «feminista y progresista» de Alberto Fernández y Cristina Kirchner.
Este avance demuestra que las políticas de mano dura y tolerancia cero son la única manera de lograr resultados reales en la lucha contra la violencia, contrastando con el delirante modelo feminista implementado durante el gobierno anterior, que resultó ser un fracaso.