Por la mañana, Sebastián Verón, el presidente de Estudiantes, buscó llevar tranquilidad en referencia a los cuestionados manejos económicos. Por la noche, el equipo le ganó por 1-0 a Banfield, con un penal marcado por Lucas Alario, el primer grito del delantero desde su regreso a la Argentina. Una mano de Alexis Maldonado (fortuita, de espaldas, advertida por el VAR), resolvió el triunfo.
Cada vez hay más jugadas discutidas, no solo en la Liga Profesional. Manos extrañas, situaciones difíciles de explicar. De hecho, Estudiantes reclamó dos penales por jugadas (muy) dudosas minutos antes. En el aire, Guido Carrillo saltó junto con el defensor de Banfield, aparatoso, de espaldas y con el brazo extendido. No pareció penal en el primer golpe de vista. Luego de varias repeticiones, queda la duda, porque en otras situaciones similares no suele cobrarse la pena máxima.
Más allá de las discusiones, fue penal. Alario jugó los últimos 30 minutos, en lugar de Cetré. El disparo se lo cedió Carrillo, especialista y encargado en el León de los penales.
Mientras, el acuerdo entre Estudiantes y el empresario Foster Gillett sufre de cortocircuitos. Ahora, en medio de las versiones que indicaban que la sociedad se habría caído por contratiempos financieros, Verón salió a desmentir los rumores y afirmó que, si este proyecto no prospera en la Asamblea Extraordinaria de socios, dejará su cargo.
“Esto es un proyecto mío. Si no sale, me llevará puesto a mí. El club, como está hoy, no tiene más para crecer. Si no hay acuerdo, yo no tengo ganas de seguir renegando, porque en junio tendríamos que vender a todo un plantel y traer otro. Es esa la realidad. Pretendo y quiero algo más grande”, afirmó el dirigente, en declaraciones a Radio Provincia.
Hasta el momento, el grupo inversor que lidera Foster Gillett depositó los 15 millones de dólares para adquirir al ex Boca, Cristian Medina. Sin embargo, todavía no llegó el dinero por el pase del volante Ezequiel Piovi.
“Con Foster Gillett hablo día por medio. Él está en Buenos Aires y está ocupado en resolver esta situación y en cumplir. Acá hay algo importante que decir: las culpas son compartidas. El club le pidió un préstamo a Foster y bueno, ahora tiene que aguardar estas cuestiones burocráticas. Se dio así, no es que el dinero no se transfirió o no se quiso transferir. El club asumió un riesgo también en esperarlo y hay que hacerse cargo de eso. Para el futuro, esto no se puede repetir. Él confiaba que el movimiento (de recursos) iba a ser fluido”, agregó.
Lo cierto es que por la noche, el León volvió a festejar. Y de un modo polémico, en plena pelea con la AFA de Chiqui Tapia, que rechaza enérgicamente el ingreso de los capitales privados. “Dentro de seis meses todos los clubes van a querer hacerlo”, apuntó semanas atrás.
“Esto es nuevo, no existe en otro lugar. A diferencia de una SAD pura, si el fútbol profesional no cumple las expectativas, vuelve al resto del club”, advirtió Verón, y le mandó un mensaje a Tapia. “Si AFA no blanquea lo que está pasando en algunos clubes, no sería inteligente. Hoy los clubes pueden crecer notablemente con la inversión privada; hay que reglamentarlo. Darle un marco legal”, sostuvo.
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