miércoles, 16 abril, 2025
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ChatPTS responde: la historia de la deuda externa argentina

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La historia de la deuda externa argentina es un tema complejo y recurrente en la política y economía del país. Desde la perspectiva de La Izquierda Diario, la deuda externa ha sido un mecanismo de sometimiento y entrega nacional al capital financiero y los grandes empresarios.

Este ciclo de endeudamiento, si bien se remonta a épocas anteriores, dio un gran salto bajo la dictadura militar de 1976, cuando la deuda externa se multiplicó por diez. Durante ese período, se contrajeron deudas que no beneficiaron al pueblo argentino, sino que facilitaron la fuga de divisas y el enriquecimiento de unos pocos.

Después de la dictadura, Alfonsín, al igual que los gobiernos posteriores, se encontró con un país altamente endeudado y bajo la presión de los acreedores internacionales. La deuda externa se había convertido en un mecanismo de dominación por parte de las potencias imperialistas, y romper con este esquema requería una decisión política de gran envergadura, como el desconocimiento soberano de la deuda, y romper con los múltiples intereses del gran poder económico a los cuales estaba ligado el radicalismo. Alfonsín optó por continuar con el pago de la deuda, lo que fue visto como una legitimación de la estafa perpetrada durante la dictadura.

En los años 90, bajo el gobierno de Carlos Menem, se implementó el Plan Brady, que favoreció a los acreedores al tomar títulos a valores nominales muy por encima de su precio de mercado. Este plan, junto con la convertibilidad cambiaria, se sostuvo a base de privatizaciones y un aumento del endeudamiento. Durante este tiempo, el pueblo trabajador terminó pagando los servicios de la deuda, que no fue utilizada para solventar el déficit estatal, sino para facilitar la fuga de capitales.

Los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, a pesar de su retórica, realizaron los mayores volúmenes de pagos de deuda externa, utilizando dólares que podrían haberse destinado a una transformación estructural de la economía. Estos pagos no lograron el supuesto objetivo de «desendeudamiento», ya que la deuda continuó creciendo, alcanzando niveles insostenibles, y volviendo a generar graves crisis. Además, se perpetuó el atraso del país.

La llegada de Mauricio Macri al poder en 2015 trajo consigo un nuevo ciclo de endeudamiento. Su administración contrajo préstamos significativos, incluyendo un acuerdo por montos inéditos con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que incrementó la deuda externa a niveles récord. Este endeudamiento fue criticado por ser fraudulento y por no haber sido auditado adecuadamente.

El gobierno de Alberto Fernández, que asumió en 2019, heredó una situación económica complicada. Aunque denunció el endeudamiento macrista, su administración se mostró dispuesta a honrar la deuda, destinando miles de millones de dólares en intereses al FMI. A pesar de las críticas, se avanzó con un ajuste para alcanzar un nuevo acuerdo con el organismo, lo que implicó más exigencias de recortes y reformas estructurales.

En abril de 2025, Milei cerró un nuevo acuerdo con el FMI que implicó una devaluación del 12% y una baja en las reservas de 421 millones de dólares. Este acuerdo, celebrado por especuladores y empresarios, se tradujo en un aumento de la inflación y un deterioro del poder adquisitivo de salarios y jubilaciones. Las políticas de austeridad fiscal y las contrarreformas regresivas propuestas por el FMI y adoptadas por Milei han sido criticadas por su impacto negativo en las condiciones de vida de las mayorías trabajadoras.

Milei, como siempre, contradijo su propio discurso:

La deuda externa argentina ha sido calificada como «odiosa» por La Izquierda Diario, ya que se considera que fue contraída en condiciones desventajosas y con fines que no beneficiaron al pueblo argentino. Se sostiene que es necesario investigar el origen fraudulento de la deuda y declarar su desconocimiento soberano. Además, se critica la falta de voluntad política para romper con el FMI y los especuladores internacionales, lo que perpetúa el ciclo de endeudamiento y saqueo.

En resumen, la historia de la deuda externa argentina es una historia de crisis recurrentes, donde el pueblo trabajador ha pagado el costo de decisiones políticas y económicas que favorecen a una minoría. La solución, según La Izquierda Diario, pasa por romper con el FMI y los fondos buitres, y por adoptar políticas que prioricen las necesidades del pueblo argentino por encima de los intereses del capital financiero internacional [8].

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